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Pasión
Te quiero pasional hasta el delirio,
hasta que el último
resuello de la bestia
se vuelva resignada mansedumbre.
Así, consciente de que
el límite del fuego es un rescoldo
donde ya no hay pasión sino ternura
en estado de gran felicidad,
me instalo en las caricias y deseo
que no se acabe nunca el magnetismo
de este fuego sin llama.
Y te cubro de seda hasta que
el peso de mis manos
estimule los potros de tu piel
y de nuevo la bestia nos exalte.
Y nada más, amar...
Amar hasta el desmayo,
hasta la muerte lenta del deseo,
hasta vaciar el corazón
del inclemente peso de la sangre.
Del libro “Amores colaterales”
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com/
Poemas recreados: http://groups.google.com/group/paisajes-literarios
Mariano, Poeta..."Y nada màs, amar"...
ResponderEliminarQuè lindo verbo...Què lindo sentir...Amar, amar, amar!!!.
Sì..."Amar hasta el desmayo,
Hasta la muerte lenta del deseo,
Hasta vaciar el corazòn
del inclemente peso de la sangre".
No se puede pedir màs, no se puede sentir màs!!!.
Què hermosura leerte en tu poesìa, Poeta. Me enamorò.
Gracias por tu "Pasiòn" poètica.
Besito.
Hola, Celina: me alegro de verte por estos pagos. Y me alegro de ver que sigues tan admirablemente optimista.
ResponderEliminarGracias por tus efusivas palabras, llenas siempre de generosidad.
Un abrazo
el limite del fuego es un rescoldo donde ya no hay pasion si no ternura...Genial! gracias por compartirlo, saludos!
ResponderEliminarisella
Me gusta la pasión,la locura,el amor,he de decir que soy un romanticón,por eso te felicito,por traer ante mi pantalla tan bello poema.
ResponderEliminarSaludos.
Aladino
Hola, Anónimo: los momentos a los que se refieren esos versos, tal vez sean los más importantes del amor. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Aladino: declararse romántico en estos tiempos que corren requiere un ejercicio de valentía. Yo estoy contigo, y creo que hay muchos más. Puede incuso que seamos un ejército.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola, Mariano!
ResponderEliminarMe uno al ejército de los románticos valientes. La pasión amorosa dirige nuestros destinos. Nuestra voluntad solo tiende a ver cumplidos los desos del corazón. Nuestra obsesión es vivir hechizados, o morir entre rescoldos de amores olvidados o perdidos ¡Somos invencibles!
¡Adelante, poeta!
Ascensión
Qué bien lo has descrito, Ascensión y qué gran verdad has dicho: "Nuestra voluntad sólo tiende a ver cumplidos los deseos del corazón". Y, por cierto, la voluntad puede ser a veces doblegada. El corazón, jamás. El corazón es una presa que si no se alivia, revienta. Un abrazo a los invencibles.
ResponderEliminarLa poesía es preciosa cómo ya he comentado, sin embargo me pilla un poco lejos tanta pasión, hace tiempo que he dejado de creer en ella. Me ha encantado el escrito de Ascensión, bueno de todos, incluido el maestro. No me siento ni invencible ni vencida, agnóstica sentimental más bien.Aún así, la poesía es muy profunda para los románticos.
ResponderEliminarHola, Cristina:
ResponderEliminarEl fuego, que es pasión en la llama, siempre deja un rescoldo de ternura, que a menudo es invisible y se esconde bajo la ceniza.
Algo de eso hay en este pequeño poema:
"Acepta este dislate de una sangre
que no gravita en el tiempo
y, más allá de la ley
por la que Eros nos gobierna,
repara en esta llama de mi viejo corazón
y dime:
¿Te atreves a mirarme,
sentarte junto a mí, tomar mis manos
y darme tu silencio en esta noche infinita?"
Un abrazo
Sin palabras....a pesar de que no creo. Aún así espléndido!!
ResponderEliminar¿Te atreves a mirarme,
sentarte junto a mí, tomar mis manos
y darme tu silencio en esta noche infinita?"
Gracias por ponerlo para "mí" y si no así, me lo quedo igual.
Muy hermoso, Mariano.
ResponderEliminarY nada menos que amar...
UN POEMA DEDICADO A CUANDO AFLORAN LOS SENTIDOS EN EL MOMENTO DE LA PASIÓN.TODO SE CONJUGA.HERMOSO.
ResponderEliminarGracias, Marisol: en el momento de la pasión todo es hermoso. Por eso no nos cansamos de perseguirlo. Lo bueno es que a veces se consigue. Lo malo es que suele durar poco. Un abrazo
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