Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Hoy recuerdo a mi madre con dulzura, es el 17 aniversario de su muerte.
Por encima del mármol,
que responde a la causa del
dolor
con un eterno frío,
sobresale la íntima
belleza de este otoño triste
Rescoldo
Fluye de lumbres recordadas
un sahumerio de amor, un vaho
Hojas en trasluz,
harinas lentas, aguas
de trémulos sollozos...
Como abeja de viento,
el recuerdo se posa en
este otoño desnudo, este
árbol en íntimas maderas
que ha dejado en el borde de la luz
su chaparrón de lunas.
Que un racimo de malvas
florezca junto al mármol
y abone las raíces de esta paz
que testifica el roble.
Pues roble es, y duro,
el paisaje gozoso de esta muerte.
Del libro “Hojas lentas de otoño”
Mariano
Estrada www.mestrada.net Paisajes
Literarios
Troncos de roble, Muelas de los Caballeros, Zamora. Foto Mariano Estrada
Un precioso poema Mariano, tu Madre estaria contentisima si te pudiese leer. Un abrazo tu amiga.Chabela
ResponderEliminarHola Chabela:
ResponderEliminarDiecisieta años son muchos años, pero el recuerdo sigue muy vivo.
Gracias y un abrazo
Es un poema precioso, querido Mariano, de tristeza íntima y dulce.
ResponderEliminarDa igual que sean diecisiete o ciento siete años. Les recordaremos siempre, porque les quisimos y nos quisieron mucho, y dejaron su huella en nosotros eternamente.
Un beso y un abrazo muy fuerte en este día tan especial. Ya sabes que estoy contigo.
Lidia
Hola, Lidia:
ResponderEliminarEl otro día leí en un periódico digital que el recuerdo de los seres quedidos que se han ido dura aproximadamente 10 años y que luego se extingue. A mí me pareció una cosa muy rara. Veo que a ti también te lo parece.
Gracias por el comentario, por el elogio y por el abrazo.
Y para abrazo, el que te mando yo a ti.
Un abrazo especial y que el recuerdo de tu madre viva por siempre!!!
ResponderEliminarYo la voy a tener presente, porque trajo al mundo a un hombre como tú... Que no es fácil encontrar...
Te admiro mucho y te abrazo con todo mi cariño.
Gracias, Ángela: mi madre y yo te lo agradecemos. De hecho, tanto ella como yo estamos asbozando una sonrisa.
ResponderEliminarLa suya me transmite este mensaje: "Pero qué cosas te dicen, Mariano"
Un fuerte abrazo