Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Leer “Gotas de hielo” en Kindle
Indicios
Puse los
ojos sobre ti
y percibí la
ausencia
Te atraje
hacia mi pecho
y el abrazo
no fue correspondido.
Después
busqué tus labios, pero tú
tan sólo me
ofreciste los laureles
de una
mejilla presurosa.
“Es la luna”
–pensé, mientras colgaba,
del perchero
del tiempo,
una
conciencia íntima de frío.
Nos envolvió
la noche y el reloj,
con su
tic-tac de sombra,
apretó en un
ovillo nuestros cuerpos.
Entonces,
sin haber
dado la luz
ni haber amanecido,
llegó la
claridad y
todo fue
transparente.
Es cierto
que seguían las caricias
pero también
la sensación
de que no
procedían de tus manos.
Eran ciertos
los besos
pero mi boca
registraba
tropezones
de amarga indiferencia.
Es verdad
que la luna
se asomó
nuevamente al horizonte,
pero ya no
era nuestra y… nada,
nada tuvo
remedio.
Del libro Gotas
de hielo
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes LiterariosBlog http://paisajes.blogcindario.com
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