Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Poesía, amor,
felicidad, corrupción, desahucios…
Frases y versos jirones
de la vida 7
1.-
No importa al lugar al que vayas, lo que importa es que lleves los ojos
abiertos y el corazón receptivo.
2.- Lo que Eva no
pudo imaginarse es que la serpiente iba a dar tanto juego: vestidos, cinturones,
bolsos, zapatos... Tentaciones muy grandes para la mujer.
3.- Es realmente impagable que
alguien venga un día a sacarnos del hoyo en el que nos mete a veces la vida.
Pero es tremendamente inhumano que alguien venga un día a sacarnos de nuestra casa por imperativo de
una hipoteca. El desahucio que deja a las personas a la intemperie es una
injusticia que no puede permitirse una sociedad y una inmoralidad que no pueden
permitirse los hombres.
4.- Es
cierto que la poesía no da de comer. Pero sí da de beber, que es algo
indispensable para acompañar la comida.
5.- La Poesía, que puede ser belleza, es ante todo revolución,
especialmente en un tiempo como éste, tan sometido a la superficialidad y al
utilitarismo y tan abiertamente entregado a la decapitación nefasta de las
horas: esas diosas pacientes de las que nace la intimidad y la calma.
6.- Es un hecho notorio que la ilusión se agota en el
decurso del tiempo, a medida que avanzamos hacia la muerte. Por eso volvemos
siempre al pasado, a recrear las ilusiones perdidas. Pero el pasado es recuerdo
y el recuerdo es infancia, sobre todo; es decir,
aquello que el descrédito no se ha atrevido a tocar...
7.- Si
algo se puede comparar al hecho de escribir poesía, es la posibilidad de
regalarla en un libro.
8.- ¿Juntar las almas en
un abrazo místico? Yo no pretendo incoar un expediente de transmigración, sino
extenderme en el barro y prolongar sus contubernios. Solo después de
amar, acariciándonos con las yemas de la ternura, nos acercamos a ese estado de
ingravidez en el que ya no pesa la sangre.
9.- La felicidad -concepto al que el filósofo Gustavo
Bueno llama cáscara vacía si se separa de su contenido original, que es el
metafísico-, es algo sobre el que los filósofos, los parlanchines e incluso
algunos científicos, no se cansan de debatir, pero nadie ha podido demostrar
que, más allá de determinados momentos de eufórica alegría, la felicidad sea
algo que exista realmente. Lo que sí está claro que existe es el camino,
variado y múltiple, por el que los humanos salimos repetidamente a buscarla.
Porque, eso sí, el empeño de la felicidad lo tenemos todos muy dentro.
10.- Siempre he creído que un poco de humor rebaja
sustancialmente la gravedad de las cosas. Pero lo cierto es que hay cosas tan
graves que no admiten ni una pizca de humor. Por ejemplo, los desahucios. A los
que ya están desnudos no se les puede poner de una patada en la calle. Si esto
ocurre quiere decir que la sociedad, además de ser insolidaria e injusta, está
terriblemente enferma, sobre todo en sus capas económicamente más favorecidas.
11.- Mucho tendrían que cambiar las cosas para que la
corrupción quedara barrida del mapa. Pero si hay alguna posibilidad, ésta debe
de venir desde fuera de la política: jóvenes, indignados, desposeídos, personas
no contaminadas, gente de buen corazón y de buena voluntad…En fin, todos
aquellos que no están dispuestos a seguir siendo explotados, engañados,
ninguneados, robados, estrujados, oprimidos…y todos aquellos que estén
dispuestos a plantarse como farolas encendidas hasta poner en la picota a los
políticos, especuladores y demás fauna carroñera y corrupta. Deberíamos empezar
por no permitir ningún privilegio por el hecho de ser político. Y así, una cosa
tras otra, hasta apearles del pedestal en el que se han subido y desde el que
se ríen de nosotros a carcajadas que a veces ni siquiera disimulan.
12.- Es poco más de medianoche. La lluvia ha dejado en el
suelo la fragancia de la tierra mojada. El silencio es total, con la salvedad
de las olas interiores, que rompen contra los altos acantilados del espíritu.
Se diría que son golpes del corazón y que hay mareas de sangre…Y mientras estas
cosas ocurren, por rigurosa imposición de la naturaleza, pienso en aquellos que
no pueden dormir por la absurda imposición de los hombres, al menos de esos
hombres que sitúan la ley por encima del hambre y de la vida.
Mariano Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
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