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martes, 13 de mayo de 2014

La corrupción y los consejos de la abuela Precavida






La corrupción y los consejos de la abuela Precavida

Frases y versos: jirones de la vida 28

1.- Es triste que en España haya unos  paisajes de corrupción tan extensos, variados y floridos. Pero es más triste aún que, al final, los corruptos se acaben yendo todos de rositas.

2.- La tentación de la corrupción puede alcanzar a cualquier persona que tenga la posibilidad real de corromperse. Si esa persona se enfanga, tendrán que activarse los resortes defensivos de la sociedad, que deben ser efectivos, fríos e implacables.

3.- Los corruptos y los corruptores se ríen descaradamente de las personas honestas y, lo que es más oprobioso, de las personas honestas que están pasando hambre.

4.- Si la corrupción no tuviera enmienda, los que se mantienen incorruptos estarían haciendo el canelo. Ahora bien, si la corrupción se puede enmendar, entonces debe ser perseguida con una ferocidad implacable y despiadada. Aproximadamente lo contrario de lo que se ha venido haciendo hasta ahora.

5.- La sociedad de nuestros días ha puesto el ideal femenino en la delgadez, pero a algunos no les importa que la corrupción sea gorda.

6.- Los ciudadanos señalamos a los corruptos con razón, a veces  hasta con saña, pero los corruptores andan por ahí, como dioses intangibles, follando discrecionalmente a la inocencia.

7.- Los corruptos nuevos son aquellos que ayer acusaban de corrupción a los corruptos viejos.

8.- ¿Cómo fiarte de un político que hoy arremete furiosamente contra la corrupción, si existe la fundada sospecha de que mañana puede ser destapado como corrupto?

Dos consejos de la abuela Precavida:

9.- Mira, hijo, si adviertes que puedes corromperte, sal de tu burbuja y dirígete a cualquiera de las colas del paro. Todas las personas que allí veas, que serán muchas, aceptarían tu situación incluso reduciendo tu salario en un buen tanto por ciento.

10.- Y antes de dejarte corromper, piensa que, si lo haces, tu vida puede depender ya siempre de ese justo momento.

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

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