Rosa Corrales
Tu imagen
Este creciente malestar,
que podemos llamar desasosiego,
solo puede venir
de la necesidad
que tengo de soñarte.
El día es largo,
la ocupación, pesada,
los pasos minuciosos e infinitos.
¿Cómo fijar tu imagen
entre los pliegues de la prisa?
Soñarte a ti requiere
la catarsis del agua
y la delectación
gozosa del silencio.
Aunque... no sé, no sé...
tu cara, hasta ahora evanescente,
se termina imponiendo al numeroso
repertorio de mis ocupaciones.
Como todos los días, el de hoy
es un marco de tiempo en el que,
por encima de toda actividad,
se yergue el pedestal
de tu fotografía.
Mariano Estrada
Del libro Amores colaterales (2006)
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