Mujer mirando al mar. Óleo sobre lienzo de R. Pascual
El sueño inagotable
Que nadie busque en tus labios
huellas que no encontrará
de besos que nunca ha habido,
de besos que nunca habrá.
Tú has sido siempre tan mía
como la sal es del mar,
como el aire es del espacio
y la rosa es del rosal.
Yo soy aquel que te siente
noche tras noche temblar.
El que se arroja en tus brazos
herido después de amar.
Soy la pasión de una vida,
el peso de una verdad.
El que se pone a tu lado
para entregarte el andar.
Soy el que habita tus ojos
cuando rompes a llorar.
El que te besa en el llanto
después de cruzar el mar.
¡Ah, el mar!
Yo soy aquel que te quiere
con la pasión de un volcán.
Aquel que pone en tu cara
el sol de la eternidad.
Mariano Estrada
Vale. Que no se acabe nunca vena poética.
ResponderEliminar