Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
No es posible tener
una noche mejor
ni beber de unos labios
tantas copas de amor.
Son las copas de amor
que en tu boca bebí,
porque tú me las dabas
en un beso sin fin.
Una noche de amor
Nunca he visto a nadie tan impresionado por un vestido rojo como el camarero que, antes de aquella cena íntima e inolvidable, nos sirvió dos martinis secos en la barra del bar. Es verdad que ella era más guapa que ninguna de cuantas habían contemplado sus ojos hasta entonces, y que su fulgurante aparición le pilló un tanto en la inopia. El hombre me había visto allí solo tanto tiempo que le vino a dar lástima de mí. De hecho, empezó a mirarme a hurtadillas y con cara de rumiar en sus adentros: “este panoli…”
-¿Puede darme fuego? –le dije, aprovechando una de esas miradas compasivas.
-Pues claro, muchacho –respondió-. ¿Esperas a alguien?
-Sí, a una chica.
-¿Y cómo estás seguro de que vendrá, si llevas de plantón cerca de una hora?
-Porque hemos quedado, simplemente.
-Pues yo no la esperaría ni un minuto más.
-¿De veras?
-De veras.
-¿En ningún caso?
-En ninguno. Vamos, tendría que ser Raquel Welch. No habrás quedado con ella, ¿verdad?
-Evidentemente, no.
-Lo suponía.
-¿Cómo dice?
-Digo que Raquel Welch sólo hay una en el mundo. Bueno, hay dos. La otra se llama Úrsula Andress. Pero tampoco habrás quedado con Úrsula Andess, ¿a que no?
-Tampoco, aunque a ésta, al menos, se le parece.
-Ya, y tú eres el doble de James Dean, por lo que intuyo.
-Exactamente. ¿Y cómo lo ha intuido?
-Porque en diez años que llevo en este local no he tenido ocasión de ver a muchos guapos famosos, si descontamos a Alfredo Landa. El primero eres tú, ya ves. Pero no te pareces a James Dean, precisamente, sino a uno del Dúo Dinámico. ¿Cómo se llama?
-Manolo.
-Eso es, Manolo. Te pareces a Manolo…
Ése fue el momento en el que ella hizo su entrada con majestad, y fue también entonces cuando al camarero se le tiñeron los ojos de un rojo sublime. Y no sólo por el vestido que llevaba, que era largo y caído, como las ramas de un sauce en primavera, sino también por los golpes atropellados que le enviaba su excitado corazón.
Tras las primeras impresiones, y al tiempo que dejábamos el bar para dirigirnos al restaurante, se las ingenió para descargar en mis oídos esta rendida confidencia:
-Rectifico, chaval, yo también la hubiera esperado. Y no una hora de nada, como tú, sino toda una eternidad.
La frase es apropiada para satisfacer la vanidad durante todo un curso completo. Sin embrago, yo estaba tan aturdido por el amor que, de haberse derrumbado el restaurante, hubiera emergido ileso entre los cascotes. Con ella a mi lado, por supuesto. Enamorados y juntos para siempre.
Un abrazo
Una noche de amor
Una cita. Las diez. Un restaurante.
Un rincón en el fondo. Una balada.
Y nosotros sentados a una mesa
con dos velas, dos copas, dos miradas.
Ofreciendo los ojos a los ojos
hicimos que la noche se llenara
de burbujas de vino y de silencio,
de sonrisas en labios de manzana,
de erupciones de piel interminables
y bocas en ausencia de palabras.
Salimos a bailar y al abrazarnos
lo hicimos con la fuerza de las brasas.
Como juego de manos, mil caricias,
como hiedras del cuerpo, dos tenazas,
y por hilo de amor un sentimiento
sin resquicios ni grietas ni distancias.
Desgranando los besos como espigas
recorrimos la noche hasta gastarla.
Una luna muy alta nos bendijo
y empujó nuestros cuerpos hacia el alba.
De la serie "Poe-canciones"
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
¡Que bonito! Me gusta mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Carmen: ya se me han puesto contentas las neuronas para el resto del día.
ResponderEliminarEn serio, me alegro de que te haya gustado. Gracias y un abrazo
¡Hola, Mariano! ¡Cuánta pasión en tan breves versos! Es como un brote de primavera en el crepúsculo del invierno.
ResponderEliminarSaludos, poeta enamorado.
Ascensión
Sencillamente me ha parecido cautivador. Mi enhorabuena de nuevo.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Ascensión:
ResponderEliminarCreo que la capacidad de la pasión la llevamos dentro hasta el final de nuestros días. Otra cosa es lo que nos va ocurriendo lentamente por fuera...
Como siempre, tu comentario es "incisivo".
Un abrazo
Gracias, Alma en verso: La palabra cautivador, aunque sea de uso infrecuente, es muy expresiva. Me gusta. Un abrazo
ResponderEliminarHola enardecido Manolo, ¿Cómo es el amor: amargo o dulce? Y sus ojos ¿eran negros? ¿Cómo se llamaba, María del Pilar o Mari Carmen? ¿Bailaba Rock , twist o madison? ¿Fue en el final del verano? ¿Cuanto duró 24 horas? ¿Resististe? Perdoname, Mariano, es que anoche estuve bailando twist en Pepe´s Clan y esta mañana,Cariñosa como siempre, la vi hecha una Linda Muñeca y yo le dije: adiós Linda Flor te Recordaré , porque Que bello es vivir junto a ti, ya que esos Quince años que tienes mi amor, y aunque cumplas los 17, para mi siempre serás Una estrella Azul.
ResponderEliminarUn abrazo
JMP
Hola, Mariano,
ResponderEliminaraquí no hay brujas, como dices, pero hay un Duende que nos encanta con sus poesías ;) por eso no mandamos tus mensajes a la papelera. un beso de Kiev
Hola, José Miguel: ¿cómo es posible que tardes tanto tiempo en escribir un libro sobre el Dúo Dinámico y, por contra, seas capaz de hilvanar en unas líneas, y con cierto sentido, una gran parte de su producción musical?
ResponderEliminarMe alegra saber que el humor te rebosa y te sale a borbotones por las yemas de los dedos.
Un fuerte abrazo
Hola, Olga:
ResponderEliminarMe alegra saber de ti. Y más si me tratas con tanta generosidad como lo haces en este comentario. Gracias.
Un beso a Antonia y a toda la "basca"
y nos hundimos en el latido del tiempo infinito
ResponderEliminary nos amammos sin palabras con toda la piel
con toda el alma.
.........
Qué bonita forma de contar un plantón que luego no fue, qué manera más sutil de narrar la pasión del amor en sencia pura.
Un abrazo
Hola, Anónimo:
ResponderEliminarEs que una hora de plantón da mucho de sí, máxime si el plantado no bebe en exceso, fuma mucho y tiene un camarero delante... Lo impactante de aquello fue la entrada majestuosa de un largo vestido rojo sobre el que destacaba una cabellera lacia y una cara preciosa.
¿Qué camarero del mundo no se hubiera rendido?
Un abrazo
me a encantado todo lo q e leido..q romanticismo...gracias un beso
ResponderEliminarHola, Pepy: hay momentos en la vida en que uno es naturalmente romántico. Y está bien que así sea. Tal vez se sufra un poco, pero es bonito. Luego pasa el tiempo y queda una nostalgia que también es bonita... Un abrazo
ResponderEliminarMariano. Demasiado hermoso tu poema. Gracias por compartirlo. Me encantó.
ResponderEliminarHola, Olga: es un poema que quiso ser canción y que finalmente es un híbrido. Le gusta a la gente, lo que quiere decir, tal vez, que el mestizaje es bueno. Gracias y un abrazo
ResponderEliminar