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sábado, 21 de enero de 2012

El árbol seco


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro


El árbol seco

Se me han secado las ramas,
mis hojas fueron al viento;
la savia ya no me corre,
pero hay dolor en mi cuerpo.

Me duele un hombre ¡fijaos!
que vino a mí sin aliento;
que ató una cuerda a mis ramas
y la pasó por su cuello.

Nos ha juntado el destino
para ponernos de ejemplo;
Yo me sequé por mandato
para esperarle, ya seco.

¡Me pesa tanto este hombre
cuya conciencia sostengo!
Yo no sabía siquiera
que la conciencia era un peso.

Las hojas ya se me han ido,
la vida ya no la siento.
Pero me duele este hombre
que vino a ahorcarse ya muerto.

Del libro Tierra conmovida (1987)

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios

3 comentarios:

  1. Un hombre camina por el campo, va encorvado, de su figura emana una profunda tristeza. Sube una pequeña loma, se topa de frente con un árbol seco. Mira hacia arriba y, en ese instante, sus ojos se encuentran con los ojos de una extraña figura. Se reconoce en ella. Sonríe. Sabe que su dolor ha terminado…

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  2. ...en un universo privado repentinamente de ilusiones y de luces, el hombre se siente extraño. Es un exilio sin recurso, pues está privado de los recuerdos de una patria perdida o de la esperanza de una tierra prometida. Tal divorcio entre el hombre y su vida, entre el actor y su decorado, es propiamente el sentimiento de lo absurdo. Como todos los hombres sanos han pensado en su propio suicidio, se podrá reconocer, sin más explicaciones, que hay un vínculo directo entre este sentimiento y la aspiración a la nada. (Albert Camus, en "El mito de Sísifo")

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  3. En la mitología griega, Sísifo era un personaje muy astuto y, como tal, causaba muchos problemas a los dioses. Por eso fue condenado por ellos a empujar un gran pedrusco hasta lo alto de una montaña. Cuando llegaba a la cima, el pedrusco rodaba hacia el valle y Sísifo tenía que volver a empujarlo. Y asi toda la vida. Esta es una metáfora del esfuerzo inútil. De este personaje extrajo Albert Camus la filosofía del absurdo, que le dio pie para desarrollar la cuestión del suicidio.

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