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Preguntas
Les quiero preguntar a
las luciérnagas,
al pájaro nocturno o
al madero de la puerta
¿Por qué tu corazón se
ha desprendido de la luna?
La primera en la
frente:
¿No decían que no subirían impuestos? Tararí
¿No decían que iban a eliminar empresas públicas
improductivas, que en realidad son
pesebres onerosos o impúdicas colocadoras de amigos? Tararí
¿No decían que iban a adelgazar la administración? Tararí
que te vi
¿Tendrán razón los que
dicen
que vas detrás del
dinero?
Mira que yo no soy
rubio
y, amén de bajo, soy
feo…
La segunda en la
boca:
¿No decían que iban a decir la verdad, toda la verdad y nada
más que la verdad, y nos pusieron a todos por testigos?
¿Por qué han mentido a la primera de cambio y han puesto el
programa en cuarentena?
Tu boca sabe a
mentira,
tu corazón a veneno,
te da en la cara el
engaño
y encima tienes un
velo.
Pero vamos a ver:
¿Por qué no han suprimido ya los coches oficiales y que cada
cual acuda al tajo con el vehículo propio, sea metro, moto, coche o bicicleta?
¿Por qué no eliminan los móviles y que cada quisque se lo
pague de su bolsillo como el resto de los mortales que aún no vivís y ya os
llamo yo mortales?
¿Adónde acaba el filo
de esta lanza,
este aciago virote o
esta lezna?
¿No advertís que traspasa con dolor
el humilde costado de los contribuyentes?
La tercera en el
pecho:
¿Por qué no suprimen los insultantes privilegios de los
políticos, que son generadores de agravios comparativos y de monumentales
cabreos?
¿Por qué no obligan a los directivos de las cajas de
ahorros, intervenidas o no, a devolver el dinero que se han permitido llevar de
bóbilis bóbilis?
¿Adónde acaba el rijo,
la vesania,
el túrmido venablo?
¿En qué satisfacción
se rinde el vértigo?
El gobernante dice:
Han quedado en el aire la revolución y las
filosofías
porque todo pensamiento se ha volcado hacia
ti.
Se
refiere al poder
Y justifica:
Te tengo tan a mano
que casi es imposible
desatender el roce.
El gobernado está dolido y ésta es su queja:
Teñido del dolor de las espinas,
estoy en el ramblizo de una ausencia larga
Se
refiere al bienestar, que huye como liebre por los derrumbaderos.
Y sigue:
Me calcina la luz, la sed
me inunda y el destino
se extiende frente a mí
como un pasto de abrojo.
Y nada
más, amigos, solo deciros que del cuerpo de los más desfavorecidos:
Gotean las azudas de la sangre.
¿O qué
otra cosa son las enormes colas del paro?
Un
abrazo
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Preguntas:
ResponderEliminar¿Por qué tenemos que financiar a los partidos políticos?
¿Os habéis fijado en que los estamos financiando para ayudarles a conseguir poder y dinero? ¿Qué nos devuelven a cambio? Despilfarro y corrupción.
¿No sería más lógico que todos ellos pagaran por intentar ocupar unas poltronas que resultan tan suculentas y privilegiadas?
Han bajado el 20% las subvenciones. Tenían que bajar el 100%.
Pregunta
ResponderEliminarLas subvenciones a partidos, patronal y sindicatos sigue siendo de unos 360 millones de euros, a pesar de la reducción del 20% (85 millones)
¿Por qué? Fuera el 100%
¡Hola Mariano!
ResponderEliminarLa voz del pueblo habló, creyéndose sus mentiras le dió su confianza, y ahí los tienes: haciendo de las suyas, dando tortazos a diestro y siniestro y pasándose por el forro las poco creíbles promesas electorales.
El vacío político e ideológico que dejó el anterior gobierno con sus idas y venidas y su espasmódico estilo de gobernar nos ha dejado expuestos a una derecha crecida y autoritaria, cuyo discurso es el de siempre, echándole la culpa al demonio sin cuernos socialista, culpable de los peores males que ahora nos aquejan: paro y corrupción. Vamos a ver cómo se las arregla el actual gobierno para lograr una sociedad menos vulnerable a los bárbaros ataques del capital, enemigo número uno de empleo digno para los trabajadores.
Estamos mal, pero estaremos mucho peor con una derecha moralista y elitista, defensora de la empresa privada y de las grandes fortunas, enemiga de las prestaciones asistenciales, del aborto y de la legalización de la convivencia entre homosexuales. Vamos que democracia la justa y un poco menos, y mucha más que poca frustración de los que les han votado y de los que no, entre estos últimos me incluyo.
En espera de que el socialismo recobre algún día el color de sus orígenes, recibe amigo Mariano mis mejores deseos para este recién nacido año.
Ascensión
Ya se sabe que ALOS POLITIFOS HAY QUE CAMBIARLOS FRECUENTEMENTE, COMO LOS PAÑALES, Y POR LOS MISMOS MOTIVOS.
ResponderEliminarY ese cambio es necesario DESDE EL 1º DIA!!
No engaña quien no es creído ¿alguien se creía lo que decían? Yo, tampoco
ResponderEliminarAhí está el problema, Ascensión, en "los ataques bárbaros del capital". Da pena ver a los especuladores llenando los bolsillos a costa de las debilidades ajenas. Y más que pena, da asco. Y más que asco una profunda náusea.
ResponderEliminarEl PP no tendrá más remedio que pasar por el aro de Merkozí, que se han empecinado en el objetivo del déficit, cuando no está claro que esto nos vaya a sacar del apuro... ¿Dónde están los estímulos para crear riqueza y empleo, si se disminuye drásticamente la inversión pública?
Lo malo es que si hubiera ganado el PSOE las elecciones hubiera pasado exactamente lo mismo, ya que los mercados se han impuesto a la política. Y lo peor de todo es que mientras sigamos endeudados, seremos dependientes del capital. Creo que ya pagamos más por la devolución de la deuda que por el paro. Una verdadera burrada. Y los mercados no tienen corazón. No serán ellos los que nos ayuden a reducir la cola del desempleo.
Además están los bancos (para los que no falta ayuda pública, por cierto). Sin embargo, si un parado que cobra 400 euros y tiene que alimentar a una familia deja un descubierto de 0,50 euros, el banco le penaliza con 35 ¿No parece una aberración?
La distribución de la riqueza ya era injusta hace muchos años, pero ahora es completamente desalmada.
Como siempre, tu comentario es enjundioso.
Gracias.
Hola, Amado mío:
ResponderEliminarMuy bueno el comentario de los políticos y los pañales. Hay que ver cómo se han ensuciado las cosas. Yo recuerdo la época de la Transición: los políticos tenían unos sueldos tan bajos que yo hubiera votado porque se lo subieran. Y porque entonces me merecían respeto.
"Por la misma razón", jaja.
Gracias y un abrazo