Foto: Rosa y Mariano 1990
La comunicación
Algo que no nos ha fallado nunca es la lengua, tampoco el interés por escucharnos. “No sé de qué podéis hablar tanto tiempo” –te dijo un día una amiga.- “Entre vosotros no se acaba nunca la conversación”. Ambos sabemos que yo ponía la lengua en un 70%, el mismo porcentaje en que ponías tú el oído. Si estos dos capitales no se cansaban, tampoco se cansaría el interés. Y hay que tener en cuenta la risa, que ocupaba una parte importante de nuestra comunicación. De hecho, a mí me recomendaban controlarla. Por las arrugas. Como si las patas de gallo fueran a arruinarme la belleza.
Mariano Estrada. Del libro Rosa entre las rosas (2014)
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