Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
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La camisa
Mi pobre corazón está doblado
de amar y amar y amar sin
resultado.
Ingenuamente,
creía en el amor y en el
tocino,
creía en las mujeres y en el
vino,
creía en el jilguero y el
venado...
¿Hay alguien más decente?
Lo que he tragado.
Llegué a creer incluso en el
vecino.
Pensaba que era amable hasta
el Estado...
Ahora, de repente,
rozando el ecuador de mi
camino,
me he vuelto negador y
descreyente.
¿Qué pasa, qué ha pasado?
Sencillamente:
el árbol de la ciencia se ha
secado,
la fruta es engañosa y aparente,
murió la tentación, murió el
pecado.
Nos queda una camisa de
serpiente.
Del libro “El limón hespérico”
Mariano
Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Precioso ,conmovedor...gracias
ResponderEliminarGracias, Mluisa: un abrazo
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