Ha muerto Sánchez-Dragó
Autor de Gárgoris y Habidis. Una
historia mágica de España (1978),
un libro ambicioso por el que en 1979 fue Premio Nacional de ensayo. Estuvo
tres años seguidos en la lista de los diez libros más vendidos, con una venta
total de 300.000 ejemplares.
Polémico hasta la raíz, en los años
80 tuvo algunas sonadas trifulcas a propósito de cualquier nimiedad, de las que
cabe destacar las protagonizadas con Paco Umbral, que se prestaba gustosamente a
ello. Los dos estaban de moda.
Cuando vino a Villajoyosa, en el año
1978, a mí me tocó lidiar con el toro de su presentación, de la que me queda
una curiosa dedicatoria y un bonito recuerdo. En el año 2007, con motivo de su nombramiento
como presentador del diario de la noche de Telemadrid, le dediqué un artículo
que luego recogí en el libro Huellas de admiración (2022), como uno de
los escritores admirados. Hoy le ha tocado morir y yo quiero enviarle mi
reconocimiento y mi abrazo. Tenía 86 años. Descanse en paz.
Mariano Estrada, 10-04-2023
Fernando Sánchez-Dragó,
De Gárgoris y Habidis a
presentador de Telemadrid
1.- Todo está en los libros
Fernando Sánchez-Dragó, además de un personaje controvertido y contradictorio,
es un filólogo atípico que un buen día se hizo presentador de televisión, yo
creo que para bien de la televisión. Presentó Biblioteca Nacional (con
la canción Todo está en los libros), Encuentros con las letras, Negro
sobre blanco…. Es justo reconocer que ha divulgado el libro como pocos y ha
ofrecido a los españoles una serie de programas culturales de los que, pese a
quien pese, acaso no hemos sido dignos y por los que creo que estamos en deuda
con él.
Ha llovido mucho desde aquel
polémico libro en cuatro tomos, titulado Gárgoris y Habidis. Una historia
mágica de España, sobre el que, a priori, nadie se hubiera atrevido a
pronosticar el éxito. Un éxito al que tal vez contribuyera la postura contraria
del conjunto de los historiadores españoles que, guardianes de la ortodoxia,
sintieron profanada la profesión. Un libro que yo quise leer, atendiendo a la
exigencia del autor, que no admitía que se hablara mal de su libro si no se
había leído: “Para conocer el sabor del melocotón, hay que probar el
melocotón”. Y una vez probado, cosa que hice hasta las últimas heces, me
entretuve en la descripción de una cueva que mi sobrecogida imaginación se
había ido forjando en el largo camino de la lectura.
Aquí la dejo, para solaz de
admiradores y detractores -que para ambas cosas sirve- de quien mañana será
flamante presentador de Telemadrid. Del diario de la noche.
21-01-2007
2.- Una espelunca ártabra esculcada por
un epígono apócrifo de Fernando Sánchez-Dragó
Tras esculcar con ojos nictálopes una espelunca ártabra de lábil y anfractuoso
suelo y abarrotada de cínifes, afloramos a la empírea luz del espacio donde, al
abrigo de un mogote, pudimos llenar la andorga hasta dilatar el ónfalo.
Los arcaicos habitantes de este
latebroso lugar mirlaban a los muertos después de trepanarlos a cincel con el
propósito encomiable de exonerar sus espíritus. El rito proseguía con la
elección insaculada de un cuerpo sin mácula que, por arte de birlibirloque,
quedaba sometido a una ominosa e iniciática flebotomía. La sangre era libada en
orgiástico aquelarre, en el que alunados licántropos fletaban sus nocherniegos
aullidos mientras el grueso de la mesnada o leva se perdía en crapulosos
alcoholes.
En el cenit de esta bulla o zambra,
hierofantes y derviches pasaban a abarraganarse en rijosa coyunda de núbiles
hembras sobre tálamo numérico-tectónico. Todo ello bajo la férula de una
tarasca o gomia ataviada de vestidura talar, birrete y croza, que abocaba de
súbito en medio de una nube de mefítico éter.
Aún se conservan algunas
inscripciones ógmicas, netamente reconocibles, en el dintel de piedra rúnica de
la entrada, que está sostenido por jambas o fustes de buriladas cariátides.
Estas, a su vez, se asientan en basas de granito plagadas de alvéolos u
ondulaciones sinclinales que sugieren vetustas cazoletas, esvásticas y
escrituras hemisféricas y tectiformes en colosal mixtifori y no menos admirable
sincretismo.
En constreñido epítome podemos
ornear abiertamente que quien ponía sus pies en la esotérica espelunca
apostataba sin remisión de las atávicas creencias de su eximia e ínclita
prosapia hasta el día en que las Parcas decidieran enfilarlo hacia el nirvana
del Hades.
Posdata:
Afortunadamente, sus libros
posteriores, que son muchos, han tenido una lectura más fácil. Me gustó
bastante El camino del corazón. En cambio, La prueba del laberinto
me pareció un auténtico fraude. Ambos fueron “Tema de Lara”, el primero con el
segundo premio. El segundo, con el primero. Hablo del Planeta, claro, en
distintos años. Al ganar el primer premio dijo algo así: “De los 50 millones,
veintisiete van a Hacienda. No hay derecho. Y no nos quitan el IVA. Voy a coger
los bártulos y me voy a ir a Colombia”.
Dragó puro. No me extraña nada la
pésima opinión que, según declara en una entrevista, tiene de los españoles y,
concretamente, de los madrileños, esos que a partir de hoy van a verle la cara
en el telediario de la noche. (España -dijo en dicha entrevista- es uno de los
peores lugares del planeta para vivir: junto a Italia, es el país del mundo con
más sinvergüenzas por metro cuadrado)
Nada más, decirle a Fernando que
Cervantes tuvo serios problemas con la Hacienda de su época, de la que era
recaudador, y no andaría lejos de ser uno de esos españoles que él tilda de
sinvergüenzas.
Le deseo mucha suerte con este nuevo
toro, que solo es uno más de los que le ha tocado lidiar en su ya larga vida.
Cuando vino a torear a Villajoyosa, con Gárgoris y Habidis, yo fui el novillero
que hizo de presentador. Hace ya muchos años.
29-01-2007
Me cachis....
ResponderEliminarA todos nos llega la hora, Pepe. Un abrazo
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