sábado, 13 de febrero de 2010
Día de San Valentín. El primer amor
Almendros en flor. Foto tomada en El Charco, Villajoyosa
Queridos amigos: os vuelvo a mandar este poema, que es viejo reviejo (fue publicado en 1986), porque la inefable y queridísima Mar lo ha recreado a la manera que solo ella sabe. He incluido el enlace en la entrada de San Valentín, que si no recuerdo mal suele ser los 14 de febrero de cada año, sea o no bisiesto. Supongo que a los enamorados les dará lo mismo el 14 de febrero que el 25 de mayo. Es más, el 25 de mayo se sentirán más proclives a echarse en los brazos de cupido, porque la primavera altera todas las sangres, incluida la de los pájaros. Son innumerables los que estoy oyendo cantar a través de la ventana. Ellos se sienten libres para gozar y se posan en los ficus, en el hibisco, en las palmeras, en las adelfas, en los almendros, en las buganvillas, en el limonero, en el ciprés de punta redonda y ocho metros de altura que parte de la base del salón y sobrepasa holgadamente el techo del dormitorio. A menudo se posa allí una tórtola para mirar al horizonte, a la montaña o al mar. Y se queda un rato quieta, esperando a ese tórtolo llamado Valentín, con el que va a tener el primer amor de su vida.
Y es que las cosas no han cambiado tanto como parece.
Un abrazo
Ver PPS de Mar
http://cid-b9547652472c3167.office.live.com/self.aspx/.Documents/Mar%5E_Elprimeramor%5E_C-.pps
Día de San Valentín. El primer amor
Queridos amigos:
De sobra sabemos que el día de San Valentín es sobre todo un negocio, pero nosotros somos ingenuos todavía y vamos a seguir creyendo que, de verdad, hoy es el día de los enamorados. Only sólo.
Os propongo que dejéis, como comentario, un poema que, de una u otra forma, haya hecho tilín en vuestro corazón.
Yo empiezo la serie con este soneto que rescato de las cavernas del olvido: lo escribí hace muchos años y se refiere a una época en la que yo era un capullo sin abrir y me quedé completamente colgado de una flor hermosa que exhibía ante mis ojos toda la exuberancia del mundo. Y toda la ingenuidad.
Un abrazo
EL PRIMER AMOR
A la sombra de un árbol florecido,
anterior a la fruta o al pecado,
me propuse morir, aunque he vivido,
además de vivir enamorado.
Por los ojos al cielo fui llevado
con amor que en la tierra no ha crecido,
y en la tierra caí, sin haber sido
ni labriego ni reja del arado.
En el polvo me vi comunicado
a la flor de una tierra con ombligo
que madura en el vientre lo sembrado.
Pero quise morir envenenado
a la sombra de un árbol florecido
que apuntaba un amor aún no probado.
Del libro “El cielo se hizo de amor”
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com/
Etiquetas:
árbol florecido,
día,
enamorado,
San Valentín
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Poema intenso y fresco,Mariano, lleno de ardor juvenil. Me gusta.
ResponderEliminarEn contestación a tu propuesta, ahí va un poema de Yanira Soundy, poetisa salvadoreña (1964), que me impactó bastante, como todo lo que he leído de esta singular escritora. Todos sus escritos exhalan fuego, pasión y frescura salvaje. Quizás porque es escorpión, como yo, siento que expresa sentimientos como si fueran míos.
A ESE HOMBRE
Pienso en ese hombre que besa como si el mar fuera a desbordarse,
que siembra su sonrisa en mi piel con la altivez de la espiga,
que dibuja mi soledad sobre la niebla.
Pienso en ese hombre, dócil a mis ojos, fiel, pleno, íntegro.
En su vuelo humedecido sin tiempo y sin espacio.
Como primavera sobre el trigo del otoño.
Pienso en ese hombre que inventa soles, aguas de seda al tacto
y una verdad sencilla para amarme.
Ese hombre cierto, inconstante, mío.
En el callado temblor de sus latidos, en sus ojos de oscuros desafíos.
Pienso en ese hombre que me espera con dulce arrobamiento.
En su cabello de trigo que me inunda en un pleamar de pétalos y trinos.
Ese hombre:
Sol salvaje, río de música y silencio, pájaro en el alba.
Pienso en ese hombre y hay aroma en la música y color en el aroma,
claveles recién abiertos y flores niveas en mis sueños.
Un abrazo para tí, poeta.
Ascensión
Gracias, Ascensión:
ResponderEliminarEs cierta la frescura que le atribuyes a ese poema de Yanira. Yo creo que tiene una intensidad desigual, pero el comienzo es ciertamente intenso:
"Pienso en ese hombre que besa como si el mar fuera a desbordarse,
que siembra su sonrisa en mi piel con la altivez de la espiga,
que dibuja mi soledad sobre la niebla".
Ahí está ya casi todo el poema.
Un abrazo con florecitas amarillas.
El poema nXX de pablo Neruda es más bien de desamor, pero es tan intenso y tan profundo...que ya no te quieran pero te escriban este poema es estremecedor, ojalá todas las personas de este mundo tuvieran la oportunidad de haber dejado huella en alguien de esta manera, y también al contrario. Nadie debe perderse la capacidad de sentir, de amar y de ser amado en esta vida. Viva el amor y los enamorados! PEC Ahi va:
ResponderEliminarPuedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.
Querido Mariano, yo no sé si eras un capullo abierto o cerrado cuando probaste el primer amor, pero lo cierto es que te inspiró profundamente, porque tu soneto es una maravilla: intenso y real como el amor y la vida, la misma que se obstina en hacer que sigamos vivos cuando alguna vez hemos deseado morir de amor.
ResponderEliminarSon muchos los poemas de amor que me han hecho tilín a lo largo de mi vida (¡como los tuyos!) y es difícil decidirse sólo por uno. Pero ya sabes que soy una romántica sin remedio, así que te dejo aquí unos versos de Novalis, el infatigable buscador de la "blaue blume". Pertenecen a su tercer Himno a la Noche y los escribió tras la muerte de su amada Sophie. Me impresionaron mucho la primera vez que los leí y lo siguen haciendo ahora:
"Descansaba la eternidad
en sus ojos.
Tomé sus manos,
se unieron nuestras lágrimas
en un lazo que brillaba,
indestructible.
Vi descender los siglos a lo lejos,
caer como tormentas.
Abrazado a su cuello, en éxtasis,
lloré lágrimas
por esa nueva vida.
Fue éste el primer sueño
en ti.
Pasó,
pero quedó el reflejo,
la fe ya indestructible
en la Noche y su cielo,
y en su sol,
que es mi amada."
Muchas gracias por tu felicitación, Marito. También te deseo a ti un feliz San Valentín, mañana y todos los días.
Besos en clave de sol :)
Lidia
Hola, Patricia: bonitos pensamientos, los tuyos. Y muy bien expresados. Me has dado una alagría, como siempre que dejas un comentario a mis poemas o artículos.
ResponderEliminarEn cuanto al poema 20 ¿Qué quieres que te diga? Que es uno de los poemas más difundidos en el mundo, al menos en el de habla hispana.
Luego iré a recogerte y te daré un abrazo y un beso. Hasta luego.
Lidia, Lidia, Lidia... ¡Cómo me alegra tu comentario y cuánto te echo de menos!
ResponderEliminarAdemás, esta vez me has sorprendido de verdad, aunque sea gratamente. ¿Por qué? Porque has aparecido con Novalis, el de la flor azul, el de la eterna búsqueda.
Gracias por dejarnos ese precioso poema. Y, sobre todo, gracias por dejarnos tus palabras, siempre justas, siempre sabias, siempre deseadas.
Te mando un beso de almendro.
Hola Mariano,mi inteligencia es incapaz de hacer ningún comentario sobre tan bello,dulce y refrescante poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aladino
Ya veo, Aladino, que ahora le mandas hacer los comentarios a tu perrito... Por cierto, ha hecho un comentario mucho más que satisfactorio ¿O te parece poco decir de un poema que es bello,dulce y refrescante? Dile a tu perrito que me siento muy halagado. Y que es inteligente. Un abrazo
ResponderEliminar