Embestidas, mordiscos y picaduras
A Rosa,
en cuya sangre se ceban los mosquitos.
Mira una vaca ¡qué susto!
¡qué miedo, mira una víbora!
Decidme, sustos y miedos:
¿quién desplumó a las gallinas?
¡La zorra!
Quien tenga piernas que corra,
yo voy volando en la brisa.
¿Quién ajagó a las ovejas?
¡El lobo!
Entre mordisco y adobo,
sólo ajagó a las merinas.
Las churras, como eran viejas,
quedaron para cecina.
Lagarto, mira esa araña
y no la pierdas de vista.
En esta parte de España
quien no te muerde te pica.
Puede picarte un pimiento,
un escorpión, una avispa;
puede morderte una yegua,
un burro, alguna vecina...
El perro muerde si ladra
y si no ladra, mastica.
El que no muerde es el toro,
pero ay de ti si te mira.
¿Adónde vas sin zapatos?
Voy a coger lagartijas.
En el envés de las peñas
sestean las sabandijas.
¿Hay alacranes?
A veces.
Cuando depongas las heces,
cuidado con las ortigas,
los cardos, las zarzamoras,
los toyos y las gatinas.
Hay otros dientes menores,
otros picores
que pican:
mosquitos, moscas, erizos...
En los castaños pellizos,
en los rosales espinas.
¿Hay más picor en el mundo?
La sarna.
Pero esto aquí no se estila.
Son de mentar las cebollas,
los ajos y las guindillas;
los puerros, los sabañones
y algunas otras cosillas:
el pimentón, por ejemplo:
capón, chorizo, morcilla.
Y el humo denso de leña
que sale de las cocinas.
Del libro "Trozos de cazuela compartida" (1991)
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Muy fresco este poema. Me gusta.
ResponderEliminarGracias, Pepe: tenías que ver a Rosa cuando salimos al campo, en Muelas. Los ojos se le multiplican, pero no para contemplar el paisaje, sino para ver si hay bichitos
ResponderEliminarUn abrazo
¿¿Que puede picarte un pimiento??, ¿¿morderte una vecina??, me he reído con este poema, debe ser un lugar tan lleno de vida que esta se deba alimentar sin límite... Muelas de los Caballeros ahora se dibuja como un sitio de zumbidos y relinchos, ladridos y graznidos, con alguna que otra vecina vampíricay ciertas especies botánicas transgénicas. El Aután para esto no debe valer... pobre Rosa. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Anónimo/a: ya te estaba echando de menos... Verás, las embestidas, los mordiscos y las picaduras sólo se dan en la carne muy dulce. La de Rosa lo es, claro, y es acribillada sin piedad ni remedio.
ResponderEliminarConmigo no se atreven. Es más, los mosquitos y las moscas no pueden acceder a mi piel porque tienen que atravesar un bosque de vello. Bello que es uno.
Mi hermana Tere, que casi le dio la vuelta al mundo, sólo encontró la felicidad cuando volvió definitivamente a Muelas. Mi hija Patricia está sufriendo por no poder ir a pasar allí todo el verano. De mí nada te digo, porque no sería nuevo...
Pero Rosa no aguanta en Muelas más de una semana. Ella es de mar y de asfalto. Y aun así me quiere. Y la quiero.
Un fuerte abrazo
¡Hola, Mariano! Simpático el poema y muy cierto que, con el buen tiempo, todos los bichos picones se echan a la calle. La ventaja de vivir en Canarias es que no encuentras especies venenosas, por lo que puedes pasear por el campo con todo deleite. Ni toros bravos, ni serpientes; es tierra bendecida por los dioses. Por eso me quedé aquí. Díselo a Rosa. Un abrazo.
ResponderEliminarAscensión
¿Le estás diciendo a Rosa que se vaya a Canarias, Ascensión? Pues mira, estoy completamente seguro de que Canarias le gustaría, porque le gusta el sol, el calor, la playa... Claro que todo eso lo tiene también aquí, en Villajoyosa. Lo que no le gusta es el frío ni los bichitos. Ni los bicharracos, que en Muelas los hay: lobos, zorros, jabalíes, corzos...
ResponderEliminarPor cierto, el clima de Muelas es ideal en verano. Y no hay lugar en el mundo donde se junten tantas estrellas por la noche y donde el cielo sea tan limpio y tan oscuro...
Gracias por el comentario
Un abrazo
Lei MARIANO tal maravilla, pero Rosa pobrecita te tiene querer muchisimo para aceder a semejante martirio, entiendo que Muelas sea lindo, que tengas recuerdos amigos............ lo que quieras pero ufffffff que peligro, con bien que se esta en la playa o en una terraza con buena compañia y si latienes buenas vistas. Entiendelo
ResponderEliminarHola, Chus:
ResponderEliminar¿Martirio? No, mujer, no llega a tanto... Reconozco que para algunas personas, como Rosa y otras, resulta algo incómodo. Pero, en general, a la gente le gusta mucho vivir en un lugar como Muelas, con río y montaña, con casas de piedra, madera y pizarra, con buena temperatura en verano...
Por otra parte, los bichos descritos no están todos juntos, como en el poema, sino que están distribuidos por el campo...
Una delicia, vaya.
Un abrazo
Me hace recordar viejos tiémpos,cuando hace años trabajaba en el campo,y sentia las picaduras de los mosquitos.
ResponderEliminarMe encanto.
Un abrazo.
Aladino
Hola, Aladino:
ResponderEliminarPor allí por donde pasan los ganados son inevitables las moscas y los mosquitos. Y, además de picarte, se te ponen delante de la cara y no hay Aután que los quite.
Servidumbres que a veces son muy molestas. En Muelas no quedan ganados. Los bichitos se han tenido que batir en retirada.
Un abrazo