Pequeño molino harinero de Justel en Muelas de los Caballeros, Zamora. Foto F. Medrano
Queridos amigos: he leído un artículo de María del Carmen Ugarte titulado “Molineras, molineros y molinos en el cancionero popular”, que entre otras cosas, dice:
... En toda España, pero sobre todo en la zona norte, en Castilla y en León encontramos gran variedad de canciones que van perfilando un modo de ser de los habitantes del molino. ¿Qué puede haber de verdad en esto?, ¿son las molineras tan ligeras de cascos como las pintan?, ¿es, por el contrario, una mera habladuría? ¿Son los molineros agarrados y propensos a quedarse con más de lo que les corresponde? ¿Son los molinos lugares frescos y amenos que invitan al amor?...
Empecemos por las molineras, a las que el cancionero describe por lo general como buenas amantes y algo libertinas en sus costumbres dispuestas a hacer favores a todo aquel que pisa el molino. Recordemos a este fin una de las rondas más populares:
Vengo de moler, morena,
de los molinos de arriba,
duermo con la molinera, olé, olé,
no me cobra la maquila,
que vengo de moler, morena.
(Hasta aquí, fragmentos del artículo)
La maquila es el pago por la molienda, solía hacerse en especie.
Más adelante, la autora se refiere a otra conocida canción, de la que yo, un día ya lejano, tomé el primer verso para ponerlo de título a un poema, éste que dejo hoy aquí:
Qué polvo tiene el camino...
Ha cerrado sus puertas el molino
que a la vera del río regentaba
una dama vetusta y afamada
por el polvo gozoso del camino.
Molinera de pan, cuyo tocino
traspasó en una copla la hondonada;
que llegó a la ciudad y fue cantada
por juglares de canto y dame vino.
A la buena mujer, cuyo destino
fue pasar por los años empolvada,
se le echaron las cuentas: era honrada.
No hay un hombre, foráneo ni vecino
que atestigüe maquila más reglada
ni más polvo que harina, ni más nada.
Del libro Trozos de cazuela compartida (1991)
Mariano Estrada http://www.mestrada.net/ Paisajes Literarios
Coda:
Dice un conocido refrán que “Cuando el río suena / agua lleva”. Pero en el caso que nos ocupa nada se pudo demostrar, o más bien se demostró lo contrario... Habría que ver hasta qué punto la leyenda de las molineras era una simple bravuconada de los hombres. No sé, pero a lo mejor es que sí.
Eran las fantasías eróticas de la época, como ahora lo son otras menos bucólicas, que hasta la fantasía es más porno que eros, ay
ResponderEliminarLas fantasías eróticas nos son consustanciales, Amado. No hay vuelta de hoja. Ayer y hoy, ahora y siempre.
ResponderEliminarPero tal vez tengas razón, hoy el porno le ha ganado el terreno al erotismo. Y el porno de fantasía no tiene nada.
Gracias. Un abrazo
De molineras casquivanas y molineros ladrones tenemos el terruño lleno.
ResponderEliminarEn otras épocas se decía que: "cien sastres, cien molineros y cien tejedores son trescientos ladrones". Mala fama se les atribuía a ciertas profesiones. Peor la tienen ahora banqueros, políticos y jueces. Tumbos que da la Historia.
Ascensión
Hola, Ascensión: veo que metes a la justicia en el cajón de nuestros los males. Y ya va siendo hora de que lo hagamos, empezando por el Fiscal General del Estado, que es realmente una vergüenza pública.
ResponderEliminarMientras no haya separación real de poderes, no puede haber justicia.
En cuanto a los políticos... Bueno, a los políticos los seguiremos votando para que les den dinero a los banqueros, pobrecillos.
Querida Ascensión: los peces que antes eran gordos han engordado tanto que ahora son cerdos que vuelan, y no precisamente con alas.
Un abrazo
Mariano, que se puede decir, si siempre emociona el leerte. besotes
ResponderEliminarPues no está mal lo que has dicho, Marganuel. Al contrario, a mí me suena fenomenalmente. Muchas gracias y un abrazo
ResponderEliminarEsa leyenda como decis,me suena mas a bravuconada de hombres que solian inventarse fantasias cuando en realidad no se comian una rosca.Pero tanto en el pasado como en el presente,los poderosos que provocan las crisis se aprovechan de las malas situaciones de los mas débiles (casi siempre mujeres) para conseguir ciertos,llamemosle "privilegios".Un saludo Mariano.
ResponderEliminarHola, Inés: al que vendía vino siempre le acusaban de echarle agua. No importaba que fuera honrado, ya tenía colgado el sambenito... Pues eso pasaba con todo, con las molineras también.
ResponderEliminarLa historia que yo cuento sería la realidad más probable, pero eso ¿a quién le importaba?
¡Cuánto han cambiado las cosas! Ahora no se crean leyendas, ahora se cuenta todo por televisión. Y se tiene a orgullo lo que antes daba vergüenza.
Un abrazo
Verguenza ajena siento a veces con algunos programas,tengo esperanza que las buenas maneras y el respeto vuelvan,pues me niego a aceptar que lo que aprendimos este ahora equivocado.
ResponderEliminarEs difícil conseguir unas lelevisiones de calidad si todo se mide por audiencias, que, tal como está esto enfocado, es lo mismo que decir por dinero. Y cuando manda solo el dinero ya sabes lo que pasa: se prima la carnaza, el morbo, la sangre... Y luego se les echa la culpa a los espectadores, diciendo que eso es lo que quieren...
ResponderEliminarDe momento se salva la televisión pública, ya veremos hasta cuando
Aquí, dejando mi huella...
ResponderEliminary también
Huella de admiración hacía tí poeta!!!
Veo tu huella, la analizo y observo que es de una flor que aún está constipada... Cuidado con las recaidas, no son buenas.
ResponderEliminarUn abrazo
.
ResponderEliminarLa verdad la verdad? no sólo estoy constipada, me siento muy mal todavía. Ahora se agregó la tos que es molesta. (nunca había tenido tos, ni una gripa así de fuerte, buuuu) :(
Has analizado bien mi huella ...
Me cuidaré!
Abracitos jaja