Camino de Vega del Castillo, Zamora. Foto M. Estrada
Vega
del Castillo: un camino de ensueño
El
camino
Con
un extremo en las ruinas, cuyo nombre es un pueblo en abandono, y otro en los rabiones de la virginidad, al
primer puente del agua, hay una ajustada aproximación a lo que
"naturalmente" podría definirse como belleza. La fundamenta un camino
de silencios que se oculta en su variada vegetación, un ribazo de roble con
pretensiones de infinitud y de selva y una fimbria de humeros que hacen arco al
agua.
Vega del Castillo, Zamora. Foto F. Medrano
La
vega
En
medio, una vega de luz con abundantes
hierbas, remedos de hortalizas, árboles frutales y lindes tortuosos de un multiplicado
minifundio. Algún malremendado espantapájaros sugiere la abundancia de este
tipo de fauna: gorriones, mirlos, grajos, tordos, urracas, gayas,
abubillas... y la posibilidad de un
encuentro con el poblador aborigen, ya de naturaleza milagrosa, pues casi lo ha
extinguido la emigración y la muerte.
Vega del Castillo, Zamora. Foto M. Estrada
Donde el camino
se cruza con el río
Hace
algunos años, a su paso por la ciudad de Zamora, el Duero era un río contaminado y sucio. Parece que esto
se ha terminado corrigiendo, al menos en parte. En
la otra punta del agua, había un pequeño río que la ofrecía limpia y cristalina.
Y así la sigue ofreciendo. De aquellos años data la descripción que hice del camino
que lo bordea y que en determinado punto lo cruza.
El
texto termina en dicho punto y con este párrafo.
“…Pero
volviendo al camino, allí, donde hace puente al agua, ésta pasa tan limpia y
transparente que, apaciguados los labios y
los pies, absorto en su contemplación y abandonado en sus esquilas de
inocencia, uno casi se olvida de los sapos insufribles de su obligado destino,
que en primer lugar es Negro y después llega a ser Duero o enfermedad”.
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
QUE BIEN LO QUE ESCRIBES,ME SIENTO PARTE DE ESA ESCRITURA, ESE RIO, ESAS MONTAÑAS QUE CRECEN PINOS QUE MUCHOS PLANTAMOS, AFERRANDONOS A LA TIERRA PARA PODER SUBSISTIR.GRACIAS MARIANO POR RECORDAR ESA TIERRA QUE NOS VIO NACER.PIENSO QUE UN POCO NOS PASA COMO AL DUERO COMTAMINADOS RESPIRANDO ESTOS AIRES DE CIUDAD..PAQUI
ResponderEliminarHola, Paqui:
ResponderEliminarMe alegro de esa coincidencia en los sentimientos. Las cosas que se vivieron de niños de forma tan intensa, y tan feliz, como las vivimos nosotros, jamás podrán olvidarse. Incluso cuando aprendes a amar otros lugares, como es mi caso.
Te mando un fuerte abrazo