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Antiglobalización
Reproduzco aquí este artículo del 2001 que -a la vista
de cómo iban entonces las cosas-, pronosticaba que la globalización no iba a
ser tan buena como decían sus defensores. Y, efectivamente, la globalización se
ha impuesto en el mundo de la forma más perniciosa: la que ha arrodillado a la
política y ha sometido a los ciudadanos a la voluntad de quienes tienen el
poder y el dinero. Para éstos están siendo las mieles.
Mariano Estrada, marzo del 2012
Antiglobalización
(21-07-2001)
Está claro que al movimiento antiglobalización le sobran
determinadas exageraciones, especialmente en las formas. Pero no le falta
razón. Al contrario, al dinero hay que pararle los pies para que la
globalización, hasta ahora bicoca de unos pocos, se convierta en riqueza universal,
ecuménica, generalizada. ¿Es eso posible? No sé, si el beneficio no alcanza a los
desheredados, la globalización es exactamente una mierda. Eso sí, una mierda
que perpetúa el poder y el enriquecimiento de las multinacionales y denigra
profundamente a la humanidad, la cuál se
verá sometida a una terrible depauperación, a una nueva forma de
esclavitud, a un acoso moral sin precedentes, a un silencio trufado de
indignidades.
Dice Ernesto Sabato en su último libro publicado, La Resistencia, que
"nos salvaremos por los afectos". Pero a lo mejor no es verdad, a lo
mejor nos salvamos por el tesón de unos jóvenes cuyo patrimonio es ante todo la
rebeldía. Tal vez el mundo ha adquirido estos tintes y derroteros porque el
binomio juventud-rebelión, matrimonio que
creíamos indisoluble, se ha disociado peligrosa e incomprensiblemente. Los
jóvenes deben ser siempre la esperanza,
que, ligada a la vida, es principio activo. Qué importa lo que lleguen a ser,
ahora son jóvenes y rebeldes. Y deben manifestarse como tales: con limpieza de
corazón, con pensamientos no contaminados y con amor a los semejantes. Deben
decir que no, deben poner zancadillas al desafuero, deben evitar que el futuro
les obligue a ser sinvergüenzas, es decir, ejecutivos a sueldo de cualquier institución
en la que mande el G-8, sea Estado, multinacional o un híbrido deforme de estas
dos cosas.
Globalización, sí: de la variedad y del equilibrio,
respetando escrupulosamente los valores naturales y al servicio de las mujeres
y los hombres; nunca del dinero, que tiende a acumularse en ciertos puntos a
los que, casualmente, no llegan jamás los
menesterosos. ¿Y cómo van a llegar, señores míos, si se trata de paraísos privados en los que
ya no entra ni Dios? La codicia de algunos puede ser infinita, hay que ponerles
coto. Yo les diría a los jóvenes del mundo que en las elecciones de sus
respectivos países votaran todos en blanco. Como principio de una rebelión más
profunda, ésa sería la rebelión de las papeletas. Ya verían ustedes cómo
empezaban a civilizarse esos depredadores sin sentimientos y sin escrúpulos a
los que Hobbes llamó lobos, tal vez insultando a unos hermosos animales que,
mira tú por donde, hoy necesitan ser
imperiosamente protegidos.
Mariano Estrada. Paisajes Literarios http://paisajes.blogcindario.com
Foto tomada de internet sin ánimo de lucro
Está bien, pero, yo pondría capitalismo o anticapitalismo en vez de globalización o antiglobalización. Me parece que éstas son palabras de la neolengua, lo mismo que "mercados" o "emprendedor". Y a mí no me gusta la neolengua.
ResponderEliminarGenial Mariano!
ResponderEliminarCreo que particularmente aciertas cuando dices:
"Tal vez el mundo ha adquirido estos tintes y derroteros porque el binomio juventud-rebelión, matrimonio que creíamos indisoluble, se ha disociado peligrosa e incomprensiblemente..."
Cuando tengan que prescindir de sus pequeños vicios (móvil, ordenador...), o buscarse las lentejas y se apeen de verdad de ese falso autobús del "estado del bienestar" y toquen suelo y caminen largo rato por la vida sin paracaídas ni el colchón de mamá...; entonces quizá salgan a la calle a protestar... y a algo más.
Gracias Mariano, un abrazote.
Hola, Pepe: pues hombre, este artículo versa sobre la globalización y se posiciona abiertamente en su contra, ya que se intuía que iba a pasar lo que finalmente ha pasado. En aquellos momentos (principios del 2001) la globalización se estaba implantando en el mundo. Lógicamente, si el sistema dominante era el capitalismo, el resultado de la globalización no podía ofrecer muchas sorpresas, si es que finalmente triunfaba, como era de prever. Pero una cosa es el capitalismo y otra el proceso de su implantación en todos los rincones del planeta. Ahora se podrían confundir, entonces no. De hecho, de algún modo el movimiento antiglobalización ha desembocado en el movimiento antisistema.
ResponderEliminarUn abrazo
También la globalización ha dañado a los países que la impulsaron, quizás pensaron que no podían avanzar en técnica los países subdesarrollados; no sería raro que en el futuro volvieran a cerrar fronteras pues los sueldos en ellos son altos, mientras en otros son demasiado bajos; eso en cuanto a lo económico, en lo cultural si beneficia la comunicación global.
ResponderEliminarGracias, Transi: siempre tan generosa conmigo...
ResponderEliminarPues verás, en aquellos años y siguientes había por parte de los jóvenes un conformismo preocupante. Se declaraban "de centro"... Claro, como tú dices, estaban instalados en la comodidad, el dinero fácil, la modorra...
Ahora empiezan a despertar. Es más, muchos ya están despiertos. Esperemos que todos acaben despertando y se constituyan en esperanza, para lo cual tienen que situarse en una especie de "estado de rebeldía". Solo ellos pueden lograr que los políticos vuelvan al redil, que es el lugar donde se sirve a los ciudadanos y no debe de haber privilegios. Un abrazo
Hola, Marco Antonio:
ResponderEliminarEn el conjunto, el más beneficiado es el que detenta el poder y el dinero, especialmente las multinacionales ¿Que tienen sus problemas? Solo faltaría que no tuvieran ninguno...Te pongo un ejemplo: en el campo de los transgénicos, la multinacional Monsanto acapara una gran parte del negocio mundial ¿Quiénes son los perjudicados? Los pequeños agricultores, que tienen que comprar todos los años las semillas, ya que no pueden producirlas, como antes. Total, la ruina de una gran parte de ellos. Protestan, sí, pero no tienen fuerza real ninguna. Un abrazo