Luna de Nochebuena
Por el hueco estrecho
de la chimenea,
se coló la luna
de la Nochebuena.
Página de literatura, en poesía o en prosa
Luna de Nochebuena
Por el hueco estrecho
de la chimenea,
se coló la luna
de la Nochebuena.
Aires de amor
Se trata de un libro de poemas.
Este que dejo aquí, titulado La guerra, es el que dio origen a la portada.
La guerra
Quiero pensar en
cosas
que me saquen de
la burbuja
en la que,
inexcusablemente,
me ha metido la
guerra.
Hoy es
el 6º aniversario de la muerte de Pablo Climent Davó.
En esta familia, todos le
seguimos queriendo. Hoy le enviamos nuestros cariñosos recuerdos entre abrazos y
besos. Y le dedicamos este poema.
Dolor
y llanto
El dolor estrangula la
garganta
de una felicidad
constituida
que se ha visto de
pronto desahuciada,
y sumerge los ojos del
amor,
anegados y henchidos,
en el pozo final de la
existencia.
Admiradoras vileras del Dúo Dinámico
El Dúo Dinámico en el Casino de Villajoyosa, 30 de abril de 2004
Artículo publicado en el Diario Información de Alicante
Los que tenemos una cierta edad y, musicalmente hablando, no participamos del entusiasmo suscitado por la llamada Operación Triunfo - mediática donde las haya-, y a la vista de cómo se han diluido en tan escaso tiempo la mayoría de sus beneficiarios, podríamos preguntarnos la razón por la que algunos “viejos” cantantes, individualmente o en grupo, han hecho vibrar con sus canciones a varias generaciones de españoles, resistiendo el paso del tiempo con sus muchas y rigurosas inclemencias. Y aunque sería una respuesta compleja, además de personalizable para cada caso, habría sin duda un denominador común a todos ellos: la calidad.
Volver a la infancia
1.-Es un hecho notorio que la ilusión se agota en el decurso del tiempo, a medida que avanzamos hacia la muerte. Por eso volvemos siempre al pasado, a recrear las ilusiones perdidas. Pero el pasado es recuerdo y el recuerdo es infancia, sobre todo; es decir, aquello que el descrédito no se ha atrevido a tocar.
Soledades en pareja
De vez en cuando, buscando lo que no encuentro, encuentro lo que no busco. Creo que nos pasa a todos igual. En este caso he encontrado un papel que no llega a ser ni medio folio, en el que hay escrita una estrofa que no ocupa ni la mitad de la mitad del papelito. Se trata de una estrofa desnuda a la que ahora le he puesto un título para que no se sienta tan sola como ha estado hasta hoy. Sé que la estrofa es mía porque está escrita con mi letra y, además, la recuerdo con cierta claridad a pesar de la penumbra en la que ha permanecido durante tantos años.
Cumpleaños de Martina, el undécimo
Hola, Martina:
Pasar de los diez años a los once es entrar en el
tramo final de la niñez, que es una carrera por etapas. No es que haya habido
cambios bruscos en tu comportamiento ni en tu personalidad, pero hay pequeñas
cosas que a mí me han hecho pensar lo siguiente: “Ojo, que once no es lo mismo
que diez”. Y es que, a partir de hoy, el once empieza a mirar hacia el doce y
el doce ya está anclado en la adolescencia, que es otra etapa de la vida.
Digamos que el once es un número de transición. ¿Comprendes, Martina?
-Sí, abuelito: comprendo que con 12 años podré tener móvil.
-Ya… ¿Y no hay otras cosas más importantes en la vida?
-Sí las hay, pero son todas naturales, vienen con el crecimiento.
-Vaya, pareces la doctora Wisdom.
-Pues claro, tengo amigas de doce y trece años que son libros abiertos… Además,
está mi mamá, que me lo cuenta todo.
-Vaya, ahí me has convencido, Martina. A los doce años tendrás el móvil de tus
sueños y serás una pequeña enciclopedia para asombro del mundo. La abuelita
Rosa y yo iremos leyendo gustosamente tus páginas.
Las cosas que han ocurrido el año pasado han sido innumerables. Te voy a recordar algunas:
El nuevo colegio
Tal vez el hecho más destacable es que tus compañeros
y tú habéis estrenado un nuevo colegio. La consecuencia es que, finalmente,
habéis podido darles una patada a los barracones, que ya era hora… Un día te
pregunté si te gustaba el cambio. Y tú me dijiste:
-Sí, me gusta, salvo en una cosa.
-¿Qué cosa?
-Los barracones no tenían escaleras.
-Pero eso, a tu edad, no debería ser importante.
-Claro que no, si no fuera por la mochila…
El pino invertido
Otra cosa destacable es que las volteretas han estado
de moda durante todo el curso, especialmente entre las niñas, que tienen una
flexibilidad especial. Y por encima de las volteretas se ha situado el pino
invertido, cuya ejecución, para que sea buena, requiere tiempo y paciencia. Y
una buena dosis de voluntad.
-Es fácil, abuelito. Lo difícil es levantarse.
-Esa es una buena metáfora de la vida, Martina. Lo fácil es caer, lo difícil es
levantarse. Hay que entrenar mucho para ello y tú te has entrenado muy bien. Y,
lo que tiene más mérito, lo has hecho tú sola. Tu voluntad merece
reconocimiento y elogio. El resultado también. Aquí tienes mi aplauso.
La poesía
Hace unos días, cuando ibas a acostarte, me pediste que
te acompañara a la cama. Pero antes abriste uno de los cajones de tu mesita de
noche y cogiste un libro de poesía.
-¿Vas a leerme poemas? -te dije.
-No, me los vas a leer tú a mí.
Te leí unos cuantos y luego unos cuantos más, pero no eran bastantes. De manera
que te advertí:
-Bueno, te leo otro poema y ya está…
-Otro no, otros dos por lo menos. O tres.
Te leí seis. Y cuando creí que ya estabas dormida, me dijiste:
-Sigue leyendo, abuelito, aunque veas que tengo los ojos cerrados y la mente en
el país de las aventuras.
Fueron unos veinte poemas los que te leí… Bien es verdad que, en general, no
son muy largos. Pero veinte poemas es un libro completo. Cuando creí que
estabas dormida me incorporé para salir sigilosamente de la habitación. Pero detrás
de mí se oyó una vocecita que decía:
-Apaga la luz, abuelito, que yo ya estoy dormida hace dos años.
-Vaya… ¿Me hablas desde el inconsciente colectivo?
-No, te hablo desde los acantilados de la luna, que caen sobre alguna parte del
mar.
-¿Del mar?
-Sí, del mar, ¿no oyes cómo chocan las olas?
Cuando pronunciaste esta frase yo estaba a punto de salir de la habitación, pero
no podía hacerlo porque la satisfacción que sentía era más grande que la
puerta.
Este fue uno de los poemas que te leí:
Una tarde en el jardín
En el jardín hay
un árbol,
y en el árbol una
rama,
sobre la rama hay
un mirlo
que está cantado a
su amada.
Más arriba hay una
tórtola
que, como tórtola,
canta
con igual
monotonía
que las fuentes
machadianas.
Mientras nosotros
oímos
sus generosas
tonadas,
por el aire, las
gaviotas
pasan graznando en
manadas.
-¿Adónde van, abuelito,
con esas alas tan
largas?
-A los cantiles
del mar,
que es donde
tienen sus casas.
Por el suelo, las
hormigas,
vienen y van con
sus cargas.
Porque el invierno
es muy duro
y tiene noches muy
largas.
La tarde ya
languidece
y la noche está
cercana.
Todo palpita en
silencio,
salvo algún grillo
que canta.
Finalmente, al
retirarnos,
hay una luna muy
clara.
En la casa del
vecino
están croando las
ranas.
Mariano Estrada
Del libro La mirada de Martina (2019)
El mejor deseo de tus abuelitos
Nuestro mejor deseo es que los días que median entre el cumpleaños nº 11 y el nº 12 sean todos felices. Pero si algunos de ellos vienen con sombras, te deseamos la fortaleza necesaria para apartarlas de un manotazo: ¡Zas! Y, si son nubarrones los que vienen a nublarte los ojos, recuerda que el llanto es necesario para regar de vez en cuando la vida, lo mismo que la lluvia es necesaria para regar de vez en cuando la tierra.
Que el día de tu cumple sea la guinda de un año feliz
y el preludio de una ventura que sale a la vida sobre dos palos juntitos: los
palos que conforman el ONCE.
Que tus días se cuenten por aluviones de dicha y tus noches por sueños de
felicidad.
Un revuelto amoroso de abrazos y besos
Rosa y Mariano
07-09-2023
Foto: Delaroca Barbara
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Alguien me dijo un día que el puente de sant Argil era un sitio ideal para un apasionante encuentro de enamorados en una noche de luna. Y yo he pensado que a partir de esa sugerencia se podía escribir una novela romántica que, finalmente, desembocara en una genuina película de amor. La idea es tentadora. Solo hay que disponer de un buen novelista, de unos buenos actores y de un buen director de cine. Ellos podrían relatar alguna historia mágica de las muchas que han circulado por la zona.
Llegados a este punto, es inevitable acordarse de Los puentes de Madison y, más
concretamente, del puente Roseman sobre el que Francesca, representada por
Meryl Streep, ordenó que se esparcieran sus cenizas ante la incomprensión de
sus hijos, familiares y vecinos. Qué gran historia de amor la que mantuvo esta
mujer con Robert Kincaid (Clint Eastwood), aunque solo durara unos cuantos
días. Por
el momento, el puente de sant Argil (Salt
d’en Gil) es un bien protegido por el Ayuntamiento. Su origen se remonta al
siglo XIV, según fuentes escritas, pero el que vemos en la actualidad es del
siglo XVIII, habiendo sido reparado en el XIX. Estamos ante otra joya del
patrimonio monumental de Villajoyosa.
En las inmediaciones de este puente, por otra parte, está la Roca encantada, un afloramiento pétreo sobre el que recae una atávica y popular leyenda de amor, así como algunas otras leyendas embrujadas y misteriosas. Parece ser que en tiempos ya lejanos esta roca causaba un enorme respeto entre la población, por no hablar directamente de miedo. Al igual que el puente, ahora es un bien protegido que despierta entre los visitantes de Villajoyosa un gran interés y una gran simpatía.
La roca encantada, La Ermita, Villajoyosa. Foto Mariano Estrada
Finalmente, en estos mismos entornos hay un tercer monumento: la Cruz de Piedra. Una cruz que señala un antiguo cruce de caminos de origen romano. A decir de los expertos, en Villajoyosa había dos importantes cruceros de esta índole. El otro es el de la Creueta, que está en el centro del pueblo. Es apasionante la historia de estos cruceros y, sobre todo, la historia de estos caminos por los que, muchos años atrás, los industriales alcoyanos, a lomos de sufridas caballerías, trasladaban sus productos al puerto de Villajoyosa.
La creu de pedra, La Ermita, Villajoyosa. Foto de Joan B Aragonés
Mariano Estrada, del libro LA MAGIA DE LO AUTÉNTICO. Una visión lírica de Villajoyosa (2017)
Una rosa amarilla
El ácido:
El hombre ha abierto tanto
las fauces, que los lobos
deben ser protegidos de la ferocidad.
El sueño inagotable
Que nadie busque en tus labios
huellas que no encontrará
de besos que nunca ha habido,
de besos que nunca habrá.
PALABRAS
A la muerte de Santos Suárez Sánchez
Fuimos compañeros de colegio, de lo cual nos ha quedado un vago y agradable recuerdo. Cuarenta años después nos hicimos amigos y el recuerdo se ha hecho inolvidable.
Querido Santos:
Hay días que vienen marcados por las malas noticias. Y hoy es uno de ellos. Con una voz temblorosa, la noticia me la dio tu mujer, Socorro, a quien tuve el gusto de conocer en el restaurante Minarete de Villajoyosa, donde comimos juntos un día. Luego nos trasladamos a mi casa donde pasamos una deliciosa tarde entre cafés y palabras. Muchas palabras. De hecho, a partir de ese día, las palabras fueron el aglutinante de nuestra futura relación, que, en algunos momentos fue abundante e intensa. Palabras por email, por teléfono, por WhatsApp…
Tras la celebración de una fiesta a la que inexcusablemente estábamos invitados, había llegado la hora de la despedida. Como muchos de los asistentes, yo seguía sus movimientos mientras ella caminaba hacia el coche que iba a distanciarla de mí. Eran movimientos elegantes, como corresponde a una mujer tremendamente hermosa que, además de ir de largo, vestía con esmero y con gusto.
El vestido era de miel, como sus ojos. Al abrir la portezuela del vehículo, giró de golpe su cuello y me miró. Lo hizo con tanta honestidad, que yo no tuve duda ninguna de las cosas que quiso transmitirme: unas cosas que, desligadas de toda vanidad, he tratado de resumir en estas breves palabras: Agradezco y comparto tus sentimientos, me reconozco en tu admiración, lo que no es ni será, bien pudo haber sido.
Mariano Estrada,
de
la contraportada del libro Amores colaterales (2006)
Locura
He pasado la noche en los umbrales
agitados de tu respiración
y he bebido el licor
interminable de tu aliento.
Día de reflexión: poesía y flores
Soy consciente del escaso predicamento que actualmente tiene la poesía en la sociedad, y menos en medio de unas elecciones en las que cada cual se ocupa descaradamente de sus propios intereses, además de hacerlo con trampas y a cara de perro. Por eso acudo a la contienda con flores, porque las flores ayudan a relajar el semblante y a dulcificar el espíritu. ¿Y qué son las flores, después de todo, sino una forma visible de la poesía? Pues eso: “No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta enmudeció la lira”.
Las misioneras de La casa de los niños, de Kiev
Las misioneras de Kiev (Antonia, María y María Jesús), que fueron evacuadas hace un año por causa de la guerra, han conseguido volver a "La casa de los niños", que fundaron hace 25 años, para continuar con su gran obra. Esta es la "Carta para amigos" que escribieron a los pocos días de llegar, en cuanto tuvieron un poco organizado el Centro. Hay que decir que ahora vuelven a tener niños y que no pararán hasta que los tengan a todos. Un abrazo para ellas con mi profunda admiración. Son realmente un ejemplo.
EL BÁLSAMO POÉTICO DE MARIANO ESTRADA
Por Mariano Sánchez Soler (*)
Para conmemorar El Día del Libro (23 de abril), Mariano Estrada nos hizo un regalo, un recital de su poesía preparado “con ilusión y con esmero”, según sus propias palabras, del que pudimos disfrutar en el salón de actos de la Llar del Pensionista, en la Vila joiosa. Su último recital lo había realizado en este mismo lugar en octubre de 2022, pero entonces se trataba de la presentación de su último libro. En el encuentro del pasado 21 de abril, Estrada nos acercaba a toda su producción poética bajo el título: “Una antología de la obra de Mariano Estrada”, recitada por Esther Abellán y Miguel Escrig, acompañados por el músico Arsenio Perona con piezas de piano y acordeón. Una delicia que nos ha mostrado el alma del autor, sus temas, su poética, su visión de la vida.
Su intención era ofrecernos “el bálsamo de la poesía”. Y así fue.
En la presentación del acto, allí donde suelen brillar los agradecimientos protocolarios, Estrada nos dijo: “¿Y cómo se deja de escribir? ¿Cómo se deja de comer? ¿Cómo se deja de andar o de respirar? ¿Es ello posible?”. Después añadió: “¿Por qué escribes, Mariano?, me preguntó un día una persona sin dobleces. Y no es que esta persona esperara de mi respuesta una razón poderosa que me empujara a escribir, es que no entendía que pudiera haber una razón para hacerlo: te quita tiempo, no te da dinero y hasta te puede volver un bicho raro ante tus semejantes…”.
En el terreno poético la respuesta a tal pregunta no resulta sencilla. Como dijo el autor: “No es fácil entender que alguien dedique su vida a algo que, aparentemente, no tiene ningún beneficio material. Es obvio que los beneficios, que los hay, y muchos, deben ser de otra índole. Pero ¿cuáles son? ¿Cuáles son esos beneficios?”.
De alguna manera, para muchos de nosotros el recital que nos regaló Mariano Estrada responde a esta cuestión. “Los poemas son míos -afirmó-, pero ellos (Abellán, Escrig y Perona) son los que van a darles vida con su voz, con su alma, con su música. Y os puedo asegurar que lo que van a hacer hoy aquí entra de lleno en los territorios del arte, que es tanto como decir los territorios de lo sagrado. Saben entrar en la intimidad del autor, apropiarse de sus sentimientos y exponerlos descarnadamente”.
Para la ocasión se seleccionaron poemas contenidos en libros escritos desde 1984, pero ofrecidos de manera temática, sin orden cronológico, extraídos de sus poemarios: Gotas de hielo (2011), Tierra conmovida (1987), Las orillas del mar (2013), El cielo se hizo de amor (1986), Trozos de cazuela compartida (1991), Mitad de amor, dos cuatros de querencias (1984), Poemas huérfanos (2016), Vientos de soledad (1984), Poecanciones de amor (2013), Desde la flor del almendro (1995), Amores colaterales (2006) y Azumbres de la noche (1993).
A dos voces, recitando algunos poemas incluso a dúo, recorrimos los caminos vitales de Mariano Estrada, sus temas favoritos, permanentes, en un viaje lírico a través del amor al mar, la reflexión sobre el ser humano, la sátira, la añoranza de su tierra natal, la pérdida y el hecho amoroso. “Consciente de ser hombre, / he mirado el azul / catártico del mar (…) / he sentido la vida”. “Te hablaría del infierno, si supiera. / Pero yo, constante humo, / me he esparcido en el aire y… / Ya ves, ya ves… / solo sé hablar de la rosa”.
El
recital de Estrada consigue su objetivo, responde a la pregunta y explica con
sus versos los beneficios de la poesía. Un paso más en el gran objetivo de
nuestro autor: “Hay que devolverle al mundo su dimensión poética”. En la
tarde del 21 de abril, mirando hacia el Día del Libro, consiguió que entráramos
felices en esa dimensión.
(*) Mariano Sánchez Soler, reconocido escritor, es licenciado en Ciencias de la Información y doctor por la Universidad de Alicante.