Ha muerto Rafael Guillén, a los 90 años
Como poeta fue uno de los destacados
de la generación de los 50. También cultivó el ensayo y la narrativa.
Nació en Granada, en 1933. Y fue, junto con otros escritores andaluces, el que
vino a llenar el vacío que había quedado tras la muerte de Federico García
Lorca.
Entre sus libros destacan Los vientos (1970), Límites (1971), Moheda (1979) y
Mis amados odres viejos (1987), Las edades del frío (2003), Los dominios del cóndor
(2006)
Ha sido galardonado con el Premio Leopoldo Panero (1966), el Premio Guipúzcoa
(1968), el Premio Boscán (1968) y el Premio Ciudad de Barcelona (1969), además
del Premio Nacional de Literatura en 1994.
Descanse en paz.
El soneto que dejo a continuación pertenece al libro Pronuncio amor (1957)
Anclado en mi tristeza de profeta
Anclado en mi tristeza de profeta
sé cuánto ha de valer lo que hoy recibo;
cuánto valdrá después esto que vivo
sujeto a este después que me sujeta.
Mi plenitud en ti quedó incompleta
y espera un no sé qué definitivo.
Mientras, cerca de ti, escribo y escribo,
poeta al fin, en tiempo de poeta.
Sé cuánto ha de valer; eso es lo
triste.
Valdrá más de lo mucho que poseo
el recordar lo mucho que me diste.
Profetizado don, con que falseo
esta presente gracia que me asiste
y esa futura gracia que preveo.
Rafael Guillén. De Pronuncio amor (1957)
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