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jueves, 17 de mayo de 2012

Los celos


Foto tomada de internet sin ánimo de lucro

Los celos

El diccionario de la Real Academia dice que los celos son una “Sospecha, inquietud y recelo de que la persona amada haya mudado o mude de cariño, poniéndolo en otra”.

Pero yo tengo un amigo que dice que los celos son una suerte de mecanismo que a menudo se activa con la imaginación. No hace falta que la persona amada haya mudado o mude de cariño. Más aún, a veces ni siquiera hace falta que haya mudado o mude la dirección de los ojos. La imaginación es tan poderosa y manipuladora que en ocasiones se las arregla para meter en la cama los cuerpos de dos personas que ni siquiera se han llegado a mirar. Basta con que alguien crea que sí:

-¿Por qué miras tanto a esa?
-¿A quién?
-A e-saaaa, a e-saaaa…
-Pues hija, si no me lo llegas a decir, la piso

Bromas aparte, lo cierto es que, en esto de los celos, muchas veces parece lo que no es. Supongo que otras veces es y lo parece o es y no lo parece, que de todo habrá en la viña del amor. Pero da lo mismo, para el celoso ES siempre, porque los celos son una especie de enfermedad que, a pesar de ser ciega, tiene el espíritu convertido, como antes señalé, en una imaginación desbocada y depredadora. Con ella, el celoso no ve lo que ve, sino lo que quiere ver. Y lo que quiere ver es que la persona amada, haga lo que haga y mire donde mire, está poniendo en otra los ojos. Y, claro, donde pone los ojos, pone la voluntad, la boca, las manos y hasta los pies.

-Sí, sí, la pisas, claro que la pisas… En la cama la pisarías si no estuviera yo aquí…

¡Qué más da que la otra persona ni siquiera se entere del tormentoso drama que está teniendo lugar! Esa persona está puesta allí por el azar o por el destino y sólo es necesaria para que el celoso pueda posicionar sus sospechas, acribillar con ellas a la persona querida y corroerse machaconamente por dentro. En ese sentido, los celos son una auténtica máquina de destrucción.
Sin embargo, unos celos moderados y llevaderos, pueden ser incluso recomendables. Porque incentivan al lirón y no le permiten que se duerma en los laureles. Como es fácil de entender, el lirón debe mantenerse siempre despierto.

Un abrazo

Dejo aquí dos poemas que, sumados a la que acabo de exponer, harán un total de tres visiones sobre los celos. Y serían muchas más si cada uno expusiera la suya.

Los celos

Tener una mirada como propia
y verla en otros ojos distraída;
creer que un corazón nos da la vida
y ver que no es verdad, que está en la inopia.

¿No basta para ver la cornucopia
poblada ya, y acaso florecida?
¿No basta para dar por sucedida
la cópula mental que nos es propia?

La idea de los celos no se acopla
a un hilo de razón que los impida.
Le cabe conocer esta salida:

Soplar como el cornúpeta resopla,
quizás arremeter, ahondar la herida,
y luego comprender, que es ley de vida.

Del libro “El cielo se hizo de amor” (1986)


 Celos

Van a matarme.
Los celos tienen dos flechas
para matarme.

Tú me los echas
con guiños
que van al aire.

Visajes, mimos...
Los celos son asesinos
de blanco guante.

Guadaña,
Tela de araña,
Mirada móvil, pestaña
de imán y estambre.

¡Mujer,
maldita forma de ver!
¡Talante!

Aunque te pongas un velo
y sólo mires al suelo,
estás mirando a otra parte.

Si te arrancaras los ojos
verías por los ojales.

Y más allá, más adentro,
por donde el pulso te late.

¡Por la sangre!

Van a matarme.
¡Matarme!
¡Los celos van a matarme!

Del libro “El cielo se hizo de amor” (1986)

Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com

1 comentario:

  1. Que razón Mariano , que bicho malo son los celos
    pues , influyeron tanto en mi vida , que me hicieron cambiar de rumbo , y esto sucedió cuando yo despertaba al amor duradero ,hermosa y real tu poesía ,. los celos no me mataron pero destruyeron una hermosa ilusión , en el despertar de mi vida .
    y ahora despues de60 años , aun recuerdo , lo que
    podria haber sido , el amor de mi vida .

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