Foto M. Estrada, rosas, Eurotenis, Villajoyosa (Alicante)
Las flores mágicas y el picotazo de las abejas
En un lugar de esta España titiritera e irremediable, que
puede ser del norte, del sur, del este, del oeste o de cualquier otro punto
geográfico intermedio, había unas flores mágicas, hermosas e inocentes que, un
buen día -similar en principio a los demás-, vieron llegar a un hombre a los
entornos que ellas adornaban. Se trataba de un hombre cincuentón, empalagosamente ataviado y un pelín panzudo. Es verdad que recordaba a
muchos otros que, como él, caían por allí, pero no se parecía nada al jardinero
que veían todos los días. Eran tan distintos los ademanes... Ellas estaban acostumbradas no solo a su
figura y a su tacto, sino también a los
silbidos graciosos y agradables, aunque a veces un poco desafinados, que el jardinero emitía mientras les removía la tierra de los pies, las
sulfataba con mimo y controlaba cariñosamente su riego.
-“¿Quién eres tú, dinos, que no te recordamos?” –le
preguntaron con esmerada educación, pero quedó bien patente que él no entendía
el hermoso lenguaje de las flores.
Sin embargo, venían con él unos jóvenes con pinta de capullos que, con una pasmosa
diligencia, le abrían la portezuela del coche, le reían las gracias y le llevaban el maletín. Pues bien, estos jóvenes
lo presentaban a los curiosos como político, añadiendo con irónica soberbia que
tenía un cargo importante en la capital… “Es ministro”-añadían.
Por unos instantes, las flores temieron que fuera a recortarles los bulbos,
las hojas o los pétalos… Pero no, el hombre se dirigió a sus
habitaciones, se puso el albornoz y, con
cierta intrepidez, fue a sumergirse en
la sauna, situada en los bajos del edificio, donde le hicieron un masaje integral. Luego se dirigió a la
magnífica piscina de los elegidos, se tumbó en una hamaca que pendía de unas
mimosas de buen talle y desde allí, sorprendiendo a tirios y a troyanos, ordenó
que el agua del jardín fuera restringida en un cuarenta y siete por ciento…
Ni que decir tiene que los parterres se echaron a temblar.
Foto M. Estrada, geranios, Eurotenis, Villajoyosa (Alicante)
Ante la protesta más iva de las flores, pero pasándosela por
la avenida de los bergamotos, el hombre se dirigió al restaurante de los
manjares suculentos y ordenó que le llevaran el condumio a la mesa de la
ventana luminosa, la que tiene de frente los jardines, las sirenas, el sol, la
luna, la montaña y el mar, que todo ello puede juntarse en el renvalso de una
buena chequera.
-¡Ostras! -se dijeron las flores- Este tronco no se corta un
pelo ni se anda por las ramas. No solo va a dejarnos tiesas a nosotras, sino que él va a darse un
dorado festín con las lubinas. Ha pedido angulas, langosta, aleta de tiburón y
un rodaballo a la sal. La sal la echarán sobre nosotras y tendremos una sed
impenitente durante todo el santo día. Y no podremos saciarla porque, con
semejantes restricciones, no nos llega el agua a la boca… ¿Vamos a quedarnos aquí, contemplando este agravio descomunal
mientras a él le abanican las nereidas?
Hay que decir que las nereidas tenían buena pinta, como no podía ser de otra
forma, pero en realidad eran lagartas humanas, demasiado humanas.
Foto M. Estrada, verbenas jardín casa, Villajoyosa (Alicante)
Ante el cariz que estaban tomando las cosas, ellas, las
flores, consideraron que debían reunirse en una asamblea de cabreadas por falta
de liquidez, en la que se tomó un acuerdo único, unánime e irreversible. Para
darle traslado y cumplimiento, se pusieron todas encima o al borde de la mesa
donde él saciaba vorazmente su gula, exprimieron sus cálices, sus corolas, sus
estambres y sus pistilos y, del engrudo, salió una nube espesa de polen
anímicamente envenenado que no tardó en contactar con la pituitaria del
interfecto y de colársele por los ojos, marearle el cristalino y alborotarle
mucho la niña. Y fue precisamente la niña la que explotó de este modo:
-Papá: ¿qué les has hecho a estas pobres y preciosas
golondrinas que vienen a cagarte en tu aleta de tiburón?
-Les he ajustado el
líquido elemento –contestó autoritariamente el interpelado - ¡Por la
crisis!
-Por la crisis no, por un tubo –replicaron ellas
Foto M. Estrada, rosas, Eurotenis, Villajoyosa (Alicante)
-Pero ¿qué has hecho, hombre de Dios? –Volvió a decir la
niña, en un tono de enfado- ¿No ves que si las flores se mueren se morirán
también las abejas? ¿Y sabes qué pasará si se mueren las abejas? Que morirán
también las selvas y los elefantes y las mariposas, morirá también la vida ¿De qué servirán entonces las ostras con las
que, por cierto, te has empezado a atragantar?
El hombre, que, en efecto,
tenía atragantados los moluscos, se puso oji-saltón y pidió socorro a
gritos: “Agua, agua”… Las voces alertaron al jardinero que, interpretando a su
manera, corrió a girar la llave de paso del jardín para devolverles a las flores el cuarenta y
siete por ciento de la liquidez que le
había sido expropiada sin compensación o justiprecio. O sea: por el morro. Y
las flores se vistieron nuevamente de azucenas, de violetas, de hortensias, de
jazmines, de jacintos… Y se plantaron, como personas que son, en los jardines
de los lujosos palacios habitados por los gobernantes de turno, con la idea de
trasladarles las advertencias siguientes:
-Si vuelven a
cerrarnos el grifo, quienquiera que sea el aguafiestas, nos veremos obligadas a provocar una
polinización general y hacer que las
abejas penetren por vuestras ventanas, invadan vuestros despachos y
depositen en las niñas de vuestros ojos
el picotazo feraz de la revolución.
Foto M. Estrada, buganvillas, El Paraíso, Villajoyosa (Alicante)
Ignoran si el futuro respetará sus exigencias o si solo
serán flores de un día, pero aquella noche durmieron a tallo relajado y a sépalo tendido. Al día siguiente, con la salida del sol,
todas ellas se abrieron para darle sus mejores
aromas al jardinero que, el día anterior, con la pena en el corazón y el
agua restringida, tenía las comisuras volcadas, los ojos entristecidos y el
silbo vulnerado.
Mariano Estrada www.mestrada.net
Paisajes Literarios
.
ResponderEliminarDesverbada con tu narración poeta.
Polinización general y picotazo en los ojos!!!
Gracias, Sillercita, un abrazo
ResponderEliminarSE DEBERIA ENVIAR A TODOS LOS POLITICOS, DE TODOS LOS PARTIDOS. QUE DESGOBIERNAN ESPAÑA
ABRAZOS "APRETAITOS" A MI QUERIDO AUTOR.
MARÍA JOSÉ
Gracias, María José: no veo a los políticos leyendo estas cosas. Están todo el tiempo mirando para la prima de riesgo, no sea que termine afectando a sus bolsillos, que son los únicos sobre los que la crisis no ha tenido repercusión.
ResponderEliminarGracias y un abrazo
Gracias, Mariano, por compartir con nosotros tus hermosos escritos y ayudarnos así a sobrellevar esta situación que, a estas alturas del camino, nos está tocando vivir.
ResponderEliminarQuién nos lo hubiera dicho, Eugenio. No nos lo hubiéramos creído. Pero, mira, nos está tocando vivirlo y sobrellevarlo. Y tenemos que pechar con lo que nos depare el futuro. Un abrazo con mis mejores deseos.
ResponderEliminar